El otro día, en plena fiebre consumista de primer día de rebajas, me dió por ir a la Fnac de L'Illa Diagonal a comprar... Además de un reproductor MP3 de 2Gb que regalé a mi pareja (cuya marca no aparece en google!!!), me compré unos auriculares Sennheiser CX300 Silver y un par de libros... Los Sennheiser son lo mejor que me he comprado en años!. Te los pones y el mundo desaparece del espectro sonoro. Simplemente, imprescindibles.
Uno de los libros es 1984, en versión original y sin subtítulos, a pelo... Ya veremos qué tal.
El otro, la semilla que ha dado lugar a este post, es jPod, de Douglas Coupland. No conozco nada de Douglas Coupland. No he leído ninguno de sus libros (bueno, todavía). Sin embargo, cuando lo vi en la estantería de la FNAC, decidí comprarlo. ¿Porqué? Porque los autores de uno de los blogs que leo casi a diario, Microsiervos, son fans de este tipo. De hecho, su blog toma su nombre de uno de sus libros.
(Mientras buscaba en Google la web de Coupland, he visto que Microsiervos no es el único blog que leo cuyos autores admiran a Coupland)
¿Y qué?
Bueno, pues que el hecho de que me haya comprado un libro como este demuestra cómo los blogs -sus autores- tienen capacidad para influir en su público. Vale, muchos otros (especialmente publicistas) ya se habían dado cuenta de ello, e intentan sacar tajada intentando seducir a los grandes influyentes de la red para colocar mejor sus productos... Pero hasta ahora todo esto era una más de esas cosas que flotan por ahí, que no son -o parecen ser- más que estadísticas que nunca sabes si creerte o no.
Ahora, sin embargo, yo soy el protagonista de una de esas estadísticas. Soy parte de un determinado tipo de población, de muestra... Compré y leí The Tipping Point y Blink por el mismo motivo... Sin darme cuenta, cada vez me ajusto más a un determinado patrón. Internet es uno de los pilares sociales de mi vida. Y no solo eso. Se está convirtiendo en centro de ocio. Música para descargar, series sin cortes publicitarios que puedes ver en el momento que tú eliges... Sigo viendo más televisión de la que desearía ver, pero cada vez más los vlogs substituyen a la TV. Ya no suelo ver películas de principio a fin en televisión: cuando dan una película de las que me gustan, suelo acabar poniendo el DVD de la peli -que suelo tener- en alguno de las interminables pausas publicitarias y continuar la película desde el disco. Y cuando dan alguna película que parece intersante y no tengo, suelo dejarla a medias porque me "desconecto" de la trama, me olvido de qué estaba viendo hace 20 minutos (cuando empezaron los anuncios) o me engancho a algún documental o serie en otra cadena.
De todos los cacharritos electrónicos de última generación, quizás la TDT es lo que menos me haya atraido en muuuucho tiempo. De hecho, seguramente esperaré al "apagón analógico" de la TV y entonces me compraré una pantalla plana enorme a un precio asequible (y que seguramente ya lleve el decodificador incorporado)
Señores vendedores, ¿es esto lo que buscaban? ¿Creen que compraré su producto porque lo haya visto anunciado en televisión? ¿No se dan cuenta de que no distingo su producto entre todos los demás? Sólo recordaré el anuncio, si me sorprende, si me llama la atención. Pero seguramente, entonces, su marca, el nombre de su producto, me sirva simplemente como palabra de búsqueda en Google Video, o en YouTube
Los publicistas están intentando tomar la red con campañas virales estilo Amo a Laura, o el nuevo anuncio de Honda (Watch the Video)... Pero, el gran público, sabe que Amo a Laura tiene algo que ver con MTv? ¿Sirven para algo esos anuncios?
Prefiero leer un blog porque me cuenta cosas que me interesan... Y si un día hablan de un libro que les gusta, quizás el mismo libro me guste... Porque al fin y al cabo, soy yo el que ha elegido leerlos, el que sigue leyéndolos porque me interesan. No intentan venderme nada. Y quizás sea eso porque les compro.
Uno de los libros es 1984, en versión original y sin subtítulos, a pelo... Ya veremos qué tal.
El otro, la semilla que ha dado lugar a este post, es jPod, de Douglas Coupland. No conozco nada de Douglas Coupland. No he leído ninguno de sus libros (bueno, todavía). Sin embargo, cuando lo vi en la estantería de la FNAC, decidí comprarlo. ¿Porqué? Porque los autores de uno de los blogs que leo casi a diario, Microsiervos, son fans de este tipo. De hecho, su blog toma su nombre de uno de sus libros.
(Mientras buscaba en Google la web de Coupland, he visto que Microsiervos no es el único blog que leo cuyos autores admiran a Coupland)
¿Y qué?
Bueno, pues que el hecho de que me haya comprado un libro como este demuestra cómo los blogs -sus autores- tienen capacidad para influir en su público. Vale, muchos otros (especialmente publicistas) ya se habían dado cuenta de ello, e intentan sacar tajada intentando seducir a los grandes influyentes de la red para colocar mejor sus productos... Pero hasta ahora todo esto era una más de esas cosas que flotan por ahí, que no son -o parecen ser- más que estadísticas que nunca sabes si creerte o no.
Ahora, sin embargo, yo soy el protagonista de una de esas estadísticas. Soy parte de un determinado tipo de población, de muestra... Compré y leí The Tipping Point y Blink por el mismo motivo... Sin darme cuenta, cada vez me ajusto más a un determinado patrón. Internet es uno de los pilares sociales de mi vida. Y no solo eso. Se está convirtiendo en centro de ocio. Música para descargar, series sin cortes publicitarios que puedes ver en el momento que tú eliges... Sigo viendo más televisión de la que desearía ver, pero cada vez más los vlogs substituyen a la TV. Ya no suelo ver películas de principio a fin en televisión: cuando dan una película de las que me gustan, suelo acabar poniendo el DVD de la peli -que suelo tener- en alguno de las interminables pausas publicitarias y continuar la película desde el disco. Y cuando dan alguna película que parece intersante y no tengo, suelo dejarla a medias porque me "desconecto" de la trama, me olvido de qué estaba viendo hace 20 minutos (cuando empezaron los anuncios) o me engancho a algún documental o serie en otra cadena.
De todos los cacharritos electrónicos de última generación, quizás la TDT es lo que menos me haya atraido en muuuucho tiempo. De hecho, seguramente esperaré al "apagón analógico" de la TV y entonces me compraré una pantalla plana enorme a un precio asequible (y que seguramente ya lleve el decodificador incorporado)
Señores vendedores, ¿es esto lo que buscaban? ¿Creen que compraré su producto porque lo haya visto anunciado en televisión? ¿No se dan cuenta de que no distingo su producto entre todos los demás? Sólo recordaré el anuncio, si me sorprende, si me llama la atención. Pero seguramente, entonces, su marca, el nombre de su producto, me sirva simplemente como palabra de búsqueda en Google Video, o en YouTube
Los publicistas están intentando tomar la red con campañas virales estilo Amo a Laura, o el nuevo anuncio de Honda (Watch the Video)... Pero, el gran público, sabe que Amo a Laura tiene algo que ver con MTv? ¿Sirven para algo esos anuncios?
Prefiero leer un blog porque me cuenta cosas que me interesan... Y si un día hablan de un libro que les gusta, quizás el mismo libro me guste... Porque al fin y al cabo, soy yo el que ha elegido leerlos, el que sigue leyéndolos porque me interesan. No intentan venderme nada. Y quizás sea eso porque les compro.
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